en 2016, preocupados por las condiciones críticas en la que vivían los niños de Venezuela, un grupo de amigos se unieron para promocionar y apoyar proyectos comunitarios en la lucha contra el hambre y la desnutrición
Nuestros inicios … un grupo de amigos y amigas venezolanos reaccionando ante el hambre y la desnutrición
Venezuela está atravesando una grave emergencia humanitaria, que afecta profundamente la vida diaria de millones de personas, quienes luchan por conseguir alimento para ellos y sus hijos, enfrentándose a problemas de malnutrición. Casi tres cuartas partes de los niños que viven en áreas pobres del país, sufren de malnutrición, y muchos mueren por ello. El hambre invade cientos de miles de hogares en Venezuela, con muchas familias a duras penas consiguiendo una comida diaria.
Meals4Hope surge cuando vimos claramente los signos de esta emergencia a comienzos del 2016. Cada vez más niños se desmayaban en sus clases o simplemente no asistían debido a que estaban muy débiles, la causa: muchos días sin comer. Muchas madres llenaban los teteros con agua y arroz o yuca para engañar al hambre de sus bebés, ya que no había manera de encontrar leche. Cada vez es más frecuente ver a personas buscando comida dentro de la basura en Venezuela, imágenes que nos rompen el corazón. Adultos y niños pierden peso rápidamente. Los niños comienzan a morir a causa de la malnutrición y las enfermedades relacionadas a esta.
Los orígenes de Meals4hope están ligados a ese sufrimiento de las personas que no tienen nada que comer, ni cómo alimentar a sus hijos, los niveles de hambre y desnutrición que nunca antes se habían visto en Venezuela y que luego crecieron de una manera exponencial. La angustia, el dolor, la frustración y la rabia que ocasionó está situación en un grupo de amigos venezolanos, sembró la semilla para la creación de Meals4hope. Escuchar todas esas historias de primera mano, leer noticias increíbles y conocer casos cercanos que estaban sufriendo de esta emergencia, nos rompió y sigue rompiendo los corazones, y no podíamos quedarnos sin hacer nada.
Una persona sugirió recolectar fondos para arrancar y apoyar proyectos en los que las comunidades se organizan para trabajar juntos y satisfacer sus necesidades básicas y alimentar a sus niños y niñas; proyectos que apoyan los casos más urgentes de hambre y desnutrición, proyectos que ayudan a salvar vidas, dando alimento, esperanza y un futuro mejor para los niños y niñas más necesitados y sus familias.
Aunque hacen falta cambios estructurales en el país, sentimos la necesidad de hacer algo para aliviar el sufrimiento y lucha contra el hambre de manera urgente. Venezuela necesita cambios, pero mientras tanto nuestros niños y niñas se mueren de hambre y no podemos esperar. Cuando el hambre es la realidad diaria de nuestra gente hace falta la solidaridad.
2016 … la solidaridad como respuesta a la crisis humanitaria en Venezuela
Organizamos una campaña de recaudación de fondos (crowdfunding) para apoyar proyectos comunitarios que ayudaban a niños necesitados. Nuestro objetivo era apoyar 3 programas nutricionales que apoyan a 300 niños necesitados. En menos de dos meses, con donaciones que iban desde los 2 hasta los 1.000 euros habíamos alcanzado nuestra meta. La generosa respuesta nos emocionó y animó a continuar nuestro trabajo. Desde el comienzo, la solidaridad ha sido el corazón de nuestro trabajo.
Trabajamos en 2 zonas pobres de los estados de Bolívar y Anzoátegui. Los proyectos fueron llevados a cabo por voluntarios de las comunidades; personas generosas que brindan su apoyo directamente a los proyectos y los equipos locales.
El apoyo recibido desde el principio, de cientos de personas generosas, fue una respuesta inspiradora a la crisis humanitaria que sufría Venezuela. Su importancia fue más allá de la tan necesaria ayuda económica: fue un mensaje claro de generosidad, solidaridad, humanidad y justicia. Esa solidaridad ha sido clave para meals4hope, ha salvado vidas.
2017 … una red de voluntarios, voluntarias y apoyo que crece dentro y fuera de Venezuela
Nos movíamos, todos los días, entre sombras y luces. Las sombras del aumento vertiginoso de los niños desnutridos, el sufrimiento de las personas que no tenían qué comer, los llantos inconsolables de las madres que perdieron a sus bebés… niños y niñas cuyas perdidas sufrimos con ellas. La solidaridad y la resistencia iluminaron rincones oscuros y ayudaron a superar obstáculos. Surgieron donde menos lo esperábamos, desde muchos lugares diferentes … una red invisible que creció dentro y fuera de Venezuela.
Gracias a los voluntarios, colaboradores y la solidaridad de muchos, en 2017 apoyamos alrededor de 1500 niños, a través de 18 programas nutricionales en 7 regiones diferentes del país: Anzoátegui, Apure, Bolívar, Lara, Nueva Esparta, Mérida y Portuguesa. También comenzamos a enviar y recibir medicamentos y otros suministros de ayuda humanitaria desde varios países.
ies from other countries.
2018 … apoyando más proyectos comunitarios y canalizando ayuda humanitaria urgente
En febrero del 2018, expertos en Derechos Humanos de Las Naciones Unidas alertaron que las precarias condiciones de vida en Venezuela empeoran día a día y millones de personas sufren por falta de alimentos y medicinas esenciales, escasez de bienes de higiene personal, cortes de luz y condiciones de vida y vivienda precarias. Según los expertos, las condiciones empeoran, día a día, poniendo en riesgo muchas vidas.
Los más vulnerables eran los niños. En el 2018, como respuesta a esta situación, nuestro trabajo creció. Los proyectos y programas, adaptados a las necesidades y características de cada área, fueron llevados por gente local, sensible y comprometida, a veces en alianza con organizaciones o instituciones con experiencia en servicio social comunitario. La participación de las propias comunidades, el apoyo dedicado de los voluntarios y las alianzas locales son la base de nuestro trabajo.
Dirigimos y apoyamos: centros de recuperación nutricional para tratar y prevenir la desnutrición, hogares comunitarios para alimentar y cuidar a los niños y niñas, comedores escolares, cocinas y ollas comunitarias, apoyo nutricional para niños y niñas hospitalizados, apoyo a mujeres embarazadas y lactantes, programas locales de producción de alimentos, jornadas de salud, así como también envío de medicamentos, suministros médicos y ayuda humanitaria. Más de cien voluntarios trabajaron en 27 proyectos ayudando a niños y niñas, cultivando alimentos, manteniendo viva la esperanza.
Además, desde el exterior, principalmente España, pero también desde Estados Unidos e incluso lugares tan lejanos como Singapur, aumentaron las donaciones de medicamentos e insumos médicos, que se registraron y enviaron a diferentes áreas del país. La canalización de ayuda humanitaria se convirtió en un proyecto que, dadas las necesidades existentes en Venezuela, asumimos y desarrollamos con gusto y de manera ética y responsable. Aunque es imposible cuantificarlos, fueron miles las personas que se beneficiaron de esta ayuda.
2019 … apagones, la crisis humanitaria empeora, pero sembramos esperanza en medio de la pobreza y la injusticia
El 2019 ha estado afectado por apagones de luz nacionales y locales, escasez de gas y gasolina y el aumento de la migración… más y más gente se va del país. Aun cuando la crisis humanitaria se intensifica y continúa teniendo un grave efecto sobre los niños y niñas, continuamos expandiendo nuestro alcance e impacto, gracias a la solidaridad y apoyo de mucha gente alrededor del mundo, unido al trabajo de voluntarios comprometidos.
Nuestro trabajo combina ayuda social humanitaria y estrategias de desarrollo para fortalecer la resiliencia y sostenibilidad de las comunidades. La participación comunitaria continúa siendo uno de los pilares fundamentales de nuestro trabajo. Las mujeres, en particular, han sido y siguen siendo primordiales. El fortalecimiento de la mujer está ocurriendo durante una crisis humanitaria que les golpea con fuerza.
En el 2019 empezamos proyectos en nuevas regiones. El incremento de casos de niños y niñas con malnutrición aguda nos empujó a encontrar nuevas maneras de tratarlos, tanto a través de centros de salud como en las comunidades. Hemos iniciado programas para proveer a las familias con acceso a agua potable. Los huertos comunitarios y la cría de gallinas van creciendo poco a poco, generando productos locales.
A día de hoy estamos apoyando 48 proyectos, que dan soporte a más de 3000 niños regularmente. También enviamos alrededor de 700 kilos de ayuda humanitaria cada mes.
Las vidas de mucha gente se han puesto patas arriba. Estos proyectos comunitarios y la ayuda humanitaria enviada son un salvavidas para muchos que no tienen nada en estos tiempos difíciles. Los proyectos no solo ayudan a niños y niñas necesitados, sino que, en muchos casos, salvan vidas. Además llevan esperanza a lugares a donde no la hay; ayudan a la gente a vivir con dignidad en medio de la pobreza e injusticia.